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domingo, 7 de octubre de 2007

Octubre, mes de la ciencia y... no tanto


Creado gracias a la Sociedad Mexicana para la Ciencia y la Técnica A.C., el sistema de transporte colectivo de la Ciudad de México, el Metro, mantiene desde el 30 de noviembre de 1988 lo que se conoce como "El túnel de la ciencia", un espacio dedicado a la divulgación científica cuya misión es "provocar y cultivar continuamente la curiosidad científica, independientemente de la edad, origen y formación cultural de los visitantes".

Para esto, se aprovecha que "El túnel de la ciencia" es, valga la redundancia. un largo túnel que conecta dos líneas del metro, de modo que gran cantidad de usuarios se ven en la necesidad de caminar toda su longitud para poder transbordar de una línea a otra, y se pensó en aprovechar este espacio para tratar de brindarle a la gente un medio para familiarizarse con algunos temas científicos. Pero no es eso nada más, también cuenta con espacios que permite no sólo la instalación de exposiciones permanentes sino también
cursos y talleres.

En estos días
se está llevando a cabo como cada año desde 1995, el programa de "Octubre, mes de la ciencia y tecnología" en donde se van a presentar una serie de conferencias y talleres de divulgación científica. Gracias a que alguien que conozco va a dar una plática ahí, revisé el programa y debo decir que aunque en términos generales no se ve mal, hay un par de negritos en el arroz que me dejan con un muy mal sabor de boca.

Porque nada más vean lo que se les coló en el programa:



En efecto. Al lado de pláticas como "La ciencia de las pantallas de cristal líquido y el plasma" y "La vida en los desiertos mexicanos" nos encontramos con temas como "Naturismo" y "¿Por qué ser vegetariano?", que no me explico qué hacen en un programa de divulgación científica. Quizá en uno de estilos de vida o algo así sí y ni quien diga nada, ¿pero aquí?

Sin embargo, lo peor aparece un poco más abajo cuando nos encontramos de plano con una magufada en forma que ahora sí, no tiene nada y repito, nada que hacer en un supuesto programa de divulgación científica: auriculoterapia.

Y me van a perdonar que me refiera al programa como "supuesto", pero desde el momento en que se les cuelan a los organizadores estos temas, se pervierte por completo el obejtivo original y se trasnforma en lo contrario, porque lo único que se consigue es que la gente sin elementos críticos —¡elementos que este tipo de actividades deberían aportar!— que acude a una plática magufa que le es presentada como "científica", la adopte como tal para beneficio de los charlatanes que medran con ello.

Es más o menos como lo que se comenta en el blog de Diego Alejandro sobre el Discovery Channel, un canal de televisión privada que solía tener muy buena programación y que aunque todavía cuenta con algunas series que salvan su honor —como los Cazadores de Mitos (Mythbusters)— también da cabida a charlatanerías varias que al presentarse en este canal con fama de serio y pro-ciencia, adquieren para gran parte del público tanta validez como cualquier disciplina científica de verdad.

A.T.

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